Así es como millonarios, políticos, artistas y deportistas, entre otros rubros, de todo el mundo pueden perder los estribos y terminar padeciendo estos rasgos de personalidad obsesiva y psicopática. Es tal el nivel de apetito sexual y omnipotencia que muchas veces el lóbulo frontal del cerebro deja de controlar los impulsos y traspasan cualquier barrera. La desinhibición los convierte en protagonistas del escándalo que termina revelando sus amoríos escandalosos y fiestas clandestinas.
Berlusconi, Clinton, Strauss-Kahn, Tiger Woods, Michael Douglas, entre tantas otras historias reales o versiones adaptadas. El tener poder le permite a muchos hombres abrir cualquier puerta y creer que tienen la llave de una situación que puede hacerlos perder el control.
Ellas, a su modo, acompañan, buscan o fantasean con el señor que apuesta fuerte en el juego del poder y la pasión. Por naturaleza, si algo seduce a una mujer es el dinero, la seguridad o la protección que un hombre pueda darle. Que no todas accedan a una cita con un "poderoso", no significa que no lo hayan deseado o imaginado.
El hombre, por el contrario, no busca poder en una mujer (prefiere tenerlo por sí mismo para hacer con él todo lo que desea). Un hombre es capaz de cualquier cosa frente a un estímulo físico. Así como ellas "matarían" por el bastón, la corona, el oro y la espada; ellos podrían dejarlo todo por un par de piernas, senos, trasero y más allá. El hombre suele sentirse inhibido frente a la mujer poderosa. Les quita virilidad y seguridad. Son menos los "cafishos" que las mujeres dispuestas a todo por un poco de amor seguro y respaldo material.
Más allá de las fantasías sexuales que podamos tener, desde la más primitiva naturaleza, hombres y mujeres estamos configurados para buscar el candidato ideal con quien procrear. El hombre cae rendido ante una mujer con curvas y simetrías que, para el inconsciente colectivo, auguran mayor fertilidad y capacidad de crianza. Ellas, en cambio, si bien las seducen los atractivos físicos, priorizan la seguridad material que un hombre pueda ofrecerle a ella y a sus cachorros.
En nuestro artículo sobre "El viagra verde" ya dimos cuenta del estudio publicado por el diario británico "The Times" , que afirma que "el hecho de que la frecuencia de los orgasmos femeninos aumente con el nivel de ingresos de su pareja se debe a una adaptación evolutiva". Que el hombre pueda darle cierta seguridad económica las acota y relaja (conscientes o no) en la búsqueda casi obsesiva de un candidato posible para la procreación.
Más allá de esta teoría de "adaptación", hay otros estudios neuro-cognitivos que dan cuenta de que el poder y el dinero se imponen como una "recompensa" gratificante. Así como un buen plato de comida, un chocolate o una copa de vino, está comprobado que el dinero y el poder activan ciertas zonas del cerebro relacionadas con el placer y la supervivencia.
Fuente: OhLalá
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