Como canto de sirenas, las mujeres que venden su cuerpo se convierten en la opción sexual de muchos hombres que prefieren el "pago y me voy". Ya veremos por qué. También la prostitución masculina es una oferta que ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. No sólo por demanda del mercado homosexual, sino que también son contratados por mujeres solas o parejas heterosexuales.
Reconocido como "el oficio más antiguo del mundo", derivado del latín prostituire (comerciar, traficar), prostituirse quiere decir ofrecer el cuerpo para fines sexuales, a cambio de dinero u otros bienes o servicios.
Muchos se habrán sorprendido de la cantidad de folletos pequeños que circulan por las calles, que están pegados en cabinas telefónicas, en parabrisas o ventanillas de los autos y demás. Internet encontró reiteradas formas de hacer virtual el famoso "rubro 59", reservado hasta un tiempo atrás para diarios y revistas especializadas. "Sexo" sigue siendo la palabra que más buscada en "Google" y otros buscadores. También se paga por "sexo virtual" .
Como en cualquier otro "rubro", las variantes de lo que se "ofrece" dan cuenta de lo que tanto se "busca". El mercado sexual del placer provee de "escorts" hombres, mujeres, travestis, dúos y algo más, acompañantes, masajistas, strippers... de todas las edades, colores, tamaños y demás posibilidades. Todas acordes a nuestros deseos y preferencias.
Cada quien sabe y hace lo que puede con su realidad sexual, morbos y fantasías. Entre las respuestas directas que suelen dar quienes recurren a los servicios de la prostitución, podemos rescatar motivos o comentarios como los siguientes:
1.- "Pago por compañía porque no tengo pareja"
2.- "Prefiero pagar por lo que necesito y listo. Así no hay rollos ni compromisos"
3.- "Hay cosas que a mi pareja no le gustan y a mí me dan mucho placer"
4.- "Tengo fantasías que creo que mi pareja nunca va a entender; no quiero que piense que soy un perverso. No quiero perderla"
5.- "La prostitución sostiene mi matrimonio... Prefiero pagar y no tener una relación paralela; ¿o acaso recurrir a una prostituta es ser infiel?"
6.- "Yo pago y tengo el poder de pedir, empezar y terminar cuando quiero"
7.- "Fue la forma más sencilla y directa de iniciarme, y sigue siendo más fácil que hacerle todo el 'entre' a una mina"
La lista es casi infinita. Hay tantas realidades como secretos, fantasías y trastornos sexuales . Imposible abordar cada instancia, si bien venimos hablando de ellas en las reiteradas notas que compartimos cada semana.
Detrás de cada historia sexual, entre otras, surgen algunas reflexiones que, cada quien, debería revisar y considerar a fines de alcanzar el bienestar físico y emocional. Por qué será que nos cuesta tanto:
* Ser fieles a nuestros verdaderos deseos. Aceptar, asumir y darle curso saludable a aquello que creemos nos da placer
* Entregarnos, construir y sostener relaciones. Cómo hacer para superar el miedo al contacto y dar un paso más allá de lo individual, lo efímero y virtual
* Decir, escuchar, compartir. El diálogo y la comunicación son claves en la vida sexual de la pareja. A lo mejor muchas de nuestras fantasías son comunes o bien recibidas por nuestras parejas
* Terminar con aquellas costumbres o relaciones que son disfuncionales a nuestro verdadero deseo; etc.
Reconociéndonos como adultos, cada quién sabrá qué vida sexual elegir y practicar. Como siempre, el consejo de saber que hay profesionales capacitados para acompañarnos en el camino y, ante todo, saber cuidarnos de las enfermedades de transmisión sexual. Y estas sugerencias son tanto para quienes "buscan" y quienes "ofrecen" en este mercado sexual nuestro de cada día; o como quieran llamarlo.
Fuente: OHLÁLA
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